El retrato de Dorian Gray. El director Oliver Parker, llevó a la pantalla grande la historia de Dorian Gray, libro escrito por el "dandi" Oscar Wilde.
Dorian Gray es un joven agraciado, a quien le hacen un retrato al cual le pasan cosas inesperadas, es decir, Dorian no envejece ni sufre daños, en lugar de él es el cuadro, o la pintura, quien envejece y se daña. Es un misterioso caso, digno de los x-files, querrá Molder descrubir por qué, quién sabe.
De hecho todos o casi todos han leído la novela, una joya de la narrativa gótica, se dice que Wilde supo describir muy bien a la aristocracia de su época en dicha novela, con sus miedos, repudios e hipocrecias. Si no pueden leer el libro al menos vean la película, aunque lo primero sería mejor.
Sinceramente, quién no tiene algo de narciso, a ver que arroje la primera piedra el que dijo que no, o mejor lapidémoslo todos por falso. Regresando a la película, esta es recomendada no solo para pasar un buen rato sino también para reflexionar en esta historia que nos atrapará con sus escenas de suspenso, terror y belleza. Larga vida a los dorianos...
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